La importancia del coaching ejecutivo
La práctica del coaching ejecutivo se ha incrementado en Colombia gracias a la difusión de su práctica y evidente eficacia a nivel mundial. Invertir en ejecutivos ha tomado más importancia dentro de las organizaciones
Uno de los términos más conocidos en estos tiempos, relativamente nuevo y nombrado continuamente en el ambiente empresarial es el “coaching”, palabra que trae consigo un significado completo en el entorno gerencial, siguiendo los lineamientos de liderazgo.
Según el experto en coaching ejecutivo y desarrollo profesional, Max Landsberg, de Heidrick & Struggles esta práctica es un conjunto de acciones destinadas a impulsar el rendimiento de un ejecutivo, logrado así su pleno potencial o, incluso, redefiniendo su visión del mismo, además de generar cambios de comportamiento, hábitos y formas de hacer las cosas, que de esta forma afectan los resultados del negocio.
Esta práctica tiene como objetos principales desarrollar habilidades de comunicación, ya sea escrita u oral, lograr la resolución de problemas, conformar un excelente equipo de trabajo y hasta mejorar las características personales del ejecutivo, basado en su tutoría y orientación, en donde se le brinda un apoyo en la solución de problemas, logrando el éxito y haciendo realidad su pleno potencial.
Por otra parte, la evaluación de las competencias, tales como la comprensión del entorno empresarial, liderazgo para alcanzar el cambio con visión hacia el futuro, participación, logro de resultados principales y el dominio de problemas complejos de gestión, permiten conocer sí el ejecutivo tiene la capacidad necesaria para desempeñar eficazmente su papel y lograr alcanzar los objetivos estratégicos del negocio.
Según el Director de Heidrick & Struggles Colombia, Santiago Solís, “la práctica de esta herramienta en Colombia se ha fortalecido y son cada vez más las compañías que consideran necesario invertir en sus ejecutivos a través de este método, para así lograr excelentes resultados dentro de la organización, además de ser un gran incentivo y poder obtener herramientas competitivas para mantenerse dentro del mercado durante este siglo”, asegura.
Dentro del coaching ejecutivo, fijar metas cuantificables y hacer de lo intangible lo tangible es indispensable, además de medir los avances de un ejecutivo en todo el proceso y los efectos que han impactado positivamente la organización, puesto que esto ayuda a enfocarse en lo que realmente es importante.
Sin embargo, para cumplir el proceso de medición es necesario, según The International Coach Federation (ICF) tener un feedback con el mismo ejecutivo a través de fuertes cuestionamientos, además de aplicarle una evaluación sólida y profunda, definida en estos tres pasos: describir el estado actual, definir el futuro ideal y cuantificar el cambio de comportamiento.
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